jueves, 4 de diciembre de 2008

Momentos mágicos que son inolvidables...

Hola a todos! Buenas noches! Hoy estoy especialmente contenta y no es porque haya recibido noticias de Lola. Sino porque una chiquita de Menorca, de 14 años llamada Cristina y que también es fan de Lola, me ha escrito diciendo que ha podido conocer esta semana a uno de sus actores favoritos. A Miguel Ángel Torrens.

Describe el momento como emocionante. Dice haberse quedado sin palabras cuando al preguntarle a la taquillera si había alguna manera de que el actor le firmase un autografo, la propia directora de la obra, le dijo que la acompañara, la subió al tercer piso del teatro y allí, rodeada de todos los actores y actrices de la obra, le presentó a Miguel Angel. Y yo me he sonreído a leer como explica todos los detalles de ese momento porque basicamente, a mí, me sucedió lo mismo cuando conocí a la actriz. Yo también enmudecí. Me quedé completamente sin palabras, me temblaba todo y no me creía que la tenía delante después de tanto tiempo esperando conocerla.

No recuerdo si he contado la manera en que yo conocí a Lola. Yo la conocí porque escribí una carta al teatro en el que estaba en esos momentos y mandé la carta diriguida a ella. Yo, muy lejos de pensar que la actriz me iba a contestar, simplemente lo hice por la ilusión que conllevaba el poder decirle lo mucho que admiraba su carrera artística. Mi sorpresa fue cuando recibí respuesta a la carta. Tras una noche, concretamente la noche de nochebuena, en la que llorar era lo más que podía hacer para aliviar mi enfado y mi tristeza de no poder estar con la gente que quería estar, desperté la mañana de Navidad con un email de la actriz. En cuestión de segundos, las lágrimas se transformaron en sonrisas llenas de ilusión. Mucho más cuando la actriz escribió que le gustaría conocerme.

Puedo deciros tranquilamente que la noche del 25 al 26 de diciembre no dormí ni un solo instante. Cuando llegué a Madrid estaba rendida y caí en la cama del hotel sin ni siquiera quitarme la ropa. Estaba super nerviosa, llegué al teatro dos horas antes (eso fue un momento anecdótico sin duda). Me diriguí hacia las taquillas para sacar mi entrada a la obra y cuando me di la vuelta, allí estaba Lola. Casi me choco con ella porque ella iba leyendo algo. Me quedé parada delante de ella hasta que se percató que había alguien cortándole el paso y cuando me miró solo pude decir "Hola".

He contado este momento multitud de ocasiones a mis amigos, ya me llaman pesada... pero me da igual. Como ya os he dicho, la actriz fue muy amable en todo momento, muy cariñosa y cercana. Me indicó un par de sitios para matar las dos horas que quedaban antes de la obra para que no esperase allí parada. Fui bajo su recomendación a ver una exposición de fotos de Andy Warhol. Impresionante por cierto, aunque el personal de la exposición eran demasiado tiquismiquis y no tardé mucho en irme porque no soportaba ciertas tonterías que tenían con la gente que iba a ver la exposición.

Recuerdo que llegué al teatro una media hora antes ya y vi a Lola en la puerta de personal, pero me dio apuro acercarme, así que me puse a hablar por teléfono. Durante la obra, cuando la vi salir, un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. La estaba viendo encima del escenario y estaba tan cerca que era algo que no se puede explicar con palabras. Son sensaciones que hay que vivirlas para llegar a entenderlas.
Recuerdo que hubo un momento de la obra en la que se tenía que acercar al filo del escenario para acercar una silla y me miró fugazmente y me guiñó un ojo. Estuve durante toda la obra embobada, con una sonrisa que de los nervios que tenía en el cuerpo no conseguía salir del todo. Lola, en su papel de Teodosia bajó del escenario y se quedó en la esquina de la fila en donde yo estaba sentada, explicando la forma en que su personaje había matado a su marido por todos los malos tratos que había recibido. Yo contenía la respiración sin poder quitar los ojos de la actriz. Había ocasiones en que me daba verguenza mirarla... Ya ves, verguenza que es lo que menos suelo tener...

Terminó la obra y los actores y actrices se diriguen al público para saludar. Lola me miró un par de veces y me hizo un gesto de saludo y me dedicó un beso. Cada vez estaba más nerviosa.

Salí a la puerta del teatro y en la puerta de personal recuerdo que vi rostros conocidos. Había una actriz de la serie "Herederos", pero en ese momento estaba demasiado nerviosa y no la reconocí. Me quedé mirándola y se dio cuenta, pero me quedé mirándola intentando ponerle nombre y ubicar de qué me sonaba su cara, pero fue inutil.

Al rato salió Lola y vi que llevaba algo en la mano, pero no me fijé y mucho menos esperaba que lo que llevaba en la mano, segundos más tarde se convertiría en un regalo de Lola hacia mí. Después de dos horas dentro del teatro viendo la obra y después de casi 4 horas intentando recuperarme de haberme chocado con Lola en las taquillas, seguía sin poder articular palabra. No sé si ella se dio cuenta pero estaba cortadísima...
El regalo que me hizo Lola fue el libro de la obra, el cual después me lo dedicó. Recuerdo que le enseñé un viejo recorte de una revista en la que hablaban de su personaje en la serie de Hospital Central y venía con una foto de ella. Después de 8 años, sigo guardando ese recorte junto con el libro de Lola.

En fin, todo esto viene a que la chica de Menorca, tiene miedo de que su gente le critique su emoción tras haber conocido a Miguel Angel Torrens. Y quería decirle desde aquí, que no tiene porqué avergonzarse por sentirse como en una nube, porque así es como debe estar, en una nube en la que no se termina de creer que ha conocido a este actor y ha podido hablar con él. Si alquien la critica, no debe escuchar esas palabras, porque lo más seguro es que sean envidia de no entender ese momento que para ella fue mágico. Yo la entiendo, sé lo que es estar así porque como ya os he contado arriba, yo también estuve en una nube los días siguientes de conocer a Lola y a día de hoy cada vez que me acuerdo de ese momento, me emociono y me pongo igual de nerviosa como aquel día, al mismo tiempo que me rio por lo callada y cortada que estuve.

Son reacciones del cuerpo y de la mente que no se esperan y que nos pillan por sorpresa, pero afortunadamente, ya las otras veces que he podido ver y hablar con Lola, no me ha pasado. Ya no me quedo sin palabras...

En fin, desde aquí, espero que esto también lo pueda leer Lola, ya que sé que entra de vez en cuando a leer lo que escribo sobre ella. Espero que entienda mejor lo que me ocurrió aquel 26 de diciembre.